Desde que mi padre se casó con ella, siempre he sentido una atracción irresistible por mi madrastra. Con sus curvas generosas y su aspecto seductor, siempre ha sido una tentación demasiado grande para mí.
Y un día, por fin, tuve la oportunidad de hacer realidad mi fantasía. Ella estaba en el sofá de la sala de estar, viendo televisión, y yo no pude resistirme a acercarme a ella y empezar a acariciarla.
Ella al principio se resisted, pero luego se dejó llevar por la pasión y me permitió seguir adelante. La besé y la toqué por todas partes, hasta que llegamos al clímax juntos.
Pero lo mejor estaba por venir. Después de su primer orgasmo, ella se colocó a cuatro patas y me permitió follármela por el culo. Ver su culo enorme rebotando en mi polla, mientras gemía de placer, fue algo que nunca olvidaré.
Ella es una verdadera zorra, y me encanta cómo me dejó follármela de todas las