Esa mañana me desperté y supe que tendría un día difícil en el trabajo. Necesitaba algo para levantarme el ánimo, así que decidí hacer una visita a mi amigo.
Llegué a su casa y lo encontré en su habitación, parecía un poco triste. Sin decir una palabra, me arrodillé frente a él y comencé a desabrocharle los pantalones, hasta que saqué su polla dura.
Comencé a chupársela, mientras me miraba con sorpresa. Luego, me subí a su regazo y comencé a cabalgar sobre su polla, gimiendo de placer mientras la sentía dentro de mí.
El soundo de mis gemidos lo animaron a seguir adelante y pronto estaba moviéndose debajo de mí, follándome con fuerza. Pude sentir cómo se endurecía aún más dentro de mí, y supe que estaba a punto de correrse.
Finalmente, se corrió dentro de mí, y yo grité de placer mientras me venía también. Me quedé allí un momento